Son muchas las situaciones que pueden dejarnos sin liquidez en el momento menos esperado. Desde una avería en el vehículo que utilizamos en el día a día para trabajar hasta un tratamiento dental o la necesidad de comprar un electrodoméstico tras la rotura de alguno de los que teníamos. Diferentes situaciones que ninguno de nosotros queremos vivir, pero que por su cotidianidad siempre es importante que estemos preparados. Y, ante este escenario, una de las fórmulas que durante los últimos años han ido aumentando su popularidad ha sido, sin duda alguna, los préstamos rápidos.
Este tipo de créditos se diferencian de cualquier otra opción que existe en el mercado por la ausencia de trámites administrativos y por la rapidez de la conexión. En función de la entidad por la que nos decantemos, podemos hacer la solicitud y recibir el montante pertinente en cuestión de minutos. Una solución que es muy efectiva, pero que también entraña una serie de riesgos y que es mejor evitar. Y es que endeudarse por encima de nuestras posibilidades puede llegar a suponer un importante quebradero de cabeza.
Diferentes formas de financiación
Cuando nos encontramos ante una situación de extrema tensión financiera, lo primero que debemos tener en cuenta es que existen diferentes fórmulas que pueden ayudarnos a lidiar contra este bache. Las más habituales son, por ejemplo, el uso de tarjetas de crédito. Este tipo de opciones son muy utilizadas, pero tienen diferentes riesgos asociados. El tipo de interés es muy alto y, además, la facilidad con la que podemos hacer uso de este tipo de tarjetas impide que podamos tener el control que necesitamos a la hora de utilizarlas. Por lo que siempre es importante tener una buena planificación al respecto con el objetivo de evitar utilizarlas para nada más de lo estrictamente necesario.
Los préstamos personales son otra de las opciones por las que se decantan un mayor número de personas y, en este caso, guardan muchas similitudes con la opción anterior. Son autorizados por la entidad bancaria con la que tenemos la nómina, la pensión o algún otro subsidio. Sin embargo, requieren de una petición para poder estudiar nuestro caso y, además, también implican una gran cantidad de papeleo. Si tenemos prisa para obtener la liquidez, no siempre son la mejor opción que podemos encontrar, puesto que es posible que desde que realicemos la petición hasta que recibamos el dinero, pasen varios días o, incluso, semanas.
Créditos rápidos
Como ya hemos mencionado previamente, las opciones que hemos analizado tienen una serie de consecuencias negativas que es mejor evitar. Como es el caso de la demora que provoca el papeleo que debemos afrontar y, además, los intereses que tenemos que asumir en el caso de que utilicemos la tarjeta más de la cuenta. Sin embargo, comparten un mismo inconveniente que es mejor evitar, como es el caso de que en el caso de que estemos en alguna lista del ASNEF, no vamos a poder optar a ninguna de las vías de financiación mencionadas previamente. ¿La razón? Que no cumplimos con el perfil por tener demasiado riesgo de impago.
Esto no ocurre con las empresas que están especializadas en la concesión de préstamos rápidos. Este tipo de productos están pensados también para todas aquellas personas cuyo nombre está incluido en las listas de morosos. Una situación que puede deberse a multitud de motivos: desde el impago de una cuota hipotecario, en el caso de los más graves, hasta un conflicto con una operadora de telefonía que, por error, ha introducido nuestro nombre en una de estas listas.
Las empresas que se encargan de ofrecer préstamos rápidos son conscientes de la amplia variedad de situaciones en las que los ficheros de morosos incluyen el nombre de personas que, efectivamente, no lo son. Por lo tanto, conceden los créditos incluso en el caso de que nuestro nombre aparezca en ellas. De este modo, no solo nos prometen una transferencia de nuestro dinero en el menor tiempo posible. Además, también nos permiten realizar todos los trámites que son necesarios, incluso en el caso de que estemos en una de estas listas. De este modo, se convierten en una solución para una gran cantidad de familias.
Recuerda que el dinero que debes solicitar debe destinarse en exclusiva a la deuda que has contraído. No es conveniente utilizar este tipo de préstamos cómo una forma de financiación habitual, puesto que si no tenemos el control adecuado de nuestras finanzas, puede ser que acumulemos varios préstamos que no seamos capaces de devolver.
Como hemos podido comprobar, son muchas las opciones que tenemos a nuestra disposición cuando nos encontramos ante una situación de emergencia. De entre todas ellas, son los préstamos rápidos una de las mejores opciones por las que podemos decantarnos. No dejes pasar la oportunidad y consulta con alguna de las diferentes empresas especializadas para poder obtener asesoramiento 100% personalizado.